"Es cosa notable esta revolución que fue comenzada por las masas, sin otros jefes que aquellos que el azar les proporciona, y que terminó por sí misma sin que se vertiese una gota de sangre."

(Theodor Mommsen.-Historia de Roma)

martes, 13 de enero de 2009

Gazauschwitz

No puedo inhibirme de dejar aquí mis reflexiones sobre lo que está pasando en Palestina desde el 27 de diciembre del pasado año. No obstante, estas reflexiones me hacen desplazarme mucho más atras en el tiempo, cuando tras la última guerra expansiva de Israel se fijaron, de manera unilateral, los límites del estado de Sión.

En su afán expansionista dejaron bolsas de población islámica dentro del estado que se organizaron con cierta coherencia alrededor de la figura de Yasir Arafat y su partido Fatah. La centralización de los intereses palestinos en una sola voz causó un grave problema al estado israelí, problema al que este encontró una solución. La creación de una facción que disputase a Al-Fatah su posición de preeminencia y dividiese las fuerzas palestinas, el consabido divide y vencerás.

A través del Mossad se gestionó la operación encubierta con la que se organizaron algunas pequeñas organizaciones preexistentes como Los coaligados de la tierra del Isrá o el Movimiento Islámico de Lucha aglutinándolas alrededor del fundamentalista jeque Ahmed Yasín que creó en 1987 la organización Hamas. El gobierno israelí ha reconocido estos hechos, con lo que no son elucubraciones mías.

La utilidad de esta organización para el estado de Israel se ha mostrado como altamente rentable, ya que pronto vieron que sus acciones reclamaban respuestas enérgicas por parte del ejército judío, dando justificación a sus acciones represoras y posibilitando la continuidad de su programa antipalestino.

Lo primero era segregar a dicha población pero dividiéndola para que no formase un bloque. Así, se gestionaron las dos áreas en las que se concentraron los palestinos, Cisjordania y Gaza, impidiendo las comunicaciones entre ambas, construyendo muros y convirtiéndolas en auténticos campos de concentración donde malviven los palestinos.

El segundo interés del estado israelí se cifra en contener a esta población dentro de unos límites manejables, no sólo territoriales sino culturales, tecnológicos y hasta demográficos, que impidan su progreso como pueblo.

Lo que estamos presenciando desde la pasada navidad no es más que una vuelta de tuerca más en dicho programa de control y exterminio del pueblo palestino, programa que está orquestado desde antiguo por los sectores más integristas del pueblo de Sión y sólo es una fase más de su diabólico plan del que, a buen seguro, presenciaremos los siguientes episodios si la comunidad internacional no interviene con decisión abandonando la condescendencia victimista para con Israel y se deja de medias tintas sometiéndose al chantaje de las corporaciones capitalistas sionistas.

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